Que quede entre nosotros
Un rincón para expresar lo que siento en determinadas ocasiones, lo que me revienta y lo que me emociona. En fin, un buen cojín de sueños.
miércoles, 29 de noviembre de 2006
Allí estaba él
Que quede entre nosotros
lunes, 27 de noviembre de 2006
Desconcierto.
too". Simple, hermosa, cándida... Como se hacían antes las canciones, esas que me gusta escuchar, tararear, paladear.
Durante la guerra de Vietnam había un siquiatra norteamericano que recomendaba a los soldados que regresaban del frente, para combatir sus estados depresivos, escuchar canciones de The Beatles.
Yo, no importa el día que tenga, si me siento al volante y coloco música de ellos, mi estado cambia. Transmiten alegría, optimismo.
Hoy lo necesito especialmente. Golfo me está rompiendo los nervios. Le ha dado por mear en la terraza sin importarle las muchas veces que salimos a pasear para eso, y me la tiene que parece un estercolero. Huele a orines, fuertes, densos, por todos sitios. Y allí voy yo con el agua y la lejía, detrás de cada rastro. Y ya no puedo más, como decía la canción (otra, claro).
Veterinarios y criadores no saben, no contestan... Supongo que debe haber algún remedio, algo que le haga desistir de su empecinada actitud. No es cistitis porque lo observo de cerca. Es gansería, machismo. Es o él o yo. Esto se está convirtiendo en un auténtico infierno.
Me voy a oír a Beatles. Lo necesito.
Prometo volver.
viernes, 17 de noviembre de 2006
Vivan los miércoles
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miércoles, 15 de noviembre de 2006
Ambiciones
Sin excesos y con ellos. Con afectos y sin ellos. Como casi todo el mundo.
Acomodado en la incomodidad, incómodo en el acomodo. Como todos, o casi todos.
Deseando y evadiendo, dando y excluyendo. Como la mayoría.
No soy diferente y lo soy. Como el resto de mis congéneres.
Una vida normal y opuesta a la normalidad. Así como las otras.
Con deseos vehementes y lasitud. Aproximadamente.
La vida llena, o casi llena, o vacía... Según días, según instantes, según personas, según afectos...
Pero más allá hay unos labios cálidos y húmedos que esperan. El sueño.
En algún lugar, un cuerpo con el que compartir deseos y humedales.
Ambiciones. Sueños. Espejismos... Casi lo de todos, o lo de todos.
Y la vida llena, o casi llena, o vacía, continúa, sigue perseverante hacia la consecución de las ambiciones, de los sueños, de lo que ahora sólo son espejismos.
Todo dicho y por decir.
Porque siempre hay un lugar para un soplo de esperanza ¿dónde habitan esos anhelos parejos?
Que quede entre nosotros
lunes, 13 de noviembre de 2006
Cruce de caminos, lucha tenaz y luna.
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sábado, 11 de noviembre de 2006
Un día de 1999
miércoles, 8 de noviembre de 2006
Hoy hace un año
Hoy hace un año, y en la víspera conozco de las fechorías de gentuza que no debería tener derecho a estar aquí, entre nosotros, ni en ningún sitio. Seres a los que se les ha dotado de posibilidades para hacer el bien o el mal y han optado por lo último.
¿Y qué me importan a mí las medianías, los seres pequeños y mediocres? Nada. Ellos pueden seguir su camino baboso y rastrero hasta su total destrucción, pasando antes por el conocimiento de que no han dejado nada en esta vida, ni relaciones, ni amigos... Sólo olvido.
¡Ah! Pero cuando atacan a mis amigos, cuando gente noble y generosa, privada de la luz en los ojos aunque dotada de mil soles en su corazón, se ve vilipendiada por seres mezquinos y pequeños, me rebelo por el asco que me produce, por la repugnancia de que esos mequetrefes no encuentren más camino en su vida que atacar las de los demás.
Y como consecuencia de sus arteras maniobras, de su sordidez, seres llenos de luz optan por atracar su catamarán y dejarlo en dique seco.
Por eso, cuando debería venir aquí a celebrarlo, a darme un homenaje por mi constancia, por mi voluntad de seguir dejando muestras de mis alegrías, de mis penas, de mi rabia y de mi calma, no puedo permitir que esa zurrapa empañe el día.
A mis amigas y amigos (sabéis perfectamente a quienes me dirijo), a todos los que se han acercado a mi goleta a curiosear, a dejar o no muestras de sus visitas, les doy las gracias porque me devuelven la ilusión de que la vida no es sólo como la veo en ocasiones y ciertos individuos se empeñan en ratificar. GRACIAS POR UN AÑO DE PACIENCIA.
Y a esa piltrafa, deshecho social, le van al pelo estos versos de D. Francisco que son, a buen seguro, más apropiados para alguien como él. Vayan pues...
"Procurador que sólo por la mosca
procuras en ochavos o doblones,
rufián archimandrita entre ladrones,
sanguijuela voraz, golosa y tosca.
Tu pluma, péñola grosera, fosca,
perpetra zafiedad en sus borrones;
eres doctor en versos motilones,
lameculos infame que se enrosca,
muladar trompetero donde estira
la soberbia lujurias de macaco,
pedorro de la hiel y la mentira,
zurrapa de las musas, gran bellaco;
te importa más la bolsa que la lira,
y más que Apolo te emparenta Caco".
Y para mi buen amigo, que no se deje amilanar, que no abandone la lucha, que un abordaje no es más que un accidente y que él tiene fuerza y corazón para vencer en la batalla.
Ah, y hoy que se extienda...
Que NO quede entre nosotros.
martes, 7 de noviembre de 2006
La mesa camilla
El maestro se plantó delante de nosotros y, con los brazos en jarras, nos soltó: “El día que se prescinda de la mesa camilla, se habrá acabado la familia”.
La mesa camilla era un lugar de encuentro, donde se mezclaban sin orden adultos y niños. Recuerdo mil y un momentos alrededor de ella. Costureras vecinas de mi abuela hablando y riendo con gestos picarescos, mientras se aplicaban a la labor. Partidas de cartas. Solitarios. La comida y el diario hablado… Y aquella expresión de mi abuelo cuando hablaban de ministros, representantes plenipotenciarios, directores generales… “na, albañiles y zapateros” y la impenitente respuesta de mi abuela: “calla, que te van a oír”. Que aquello me sonaba a mí como si hubiera alguien tratando de escucharlo todo para luego hacértelas pagar.
Al amor del brasero lecturas, deberes y tebeos, y algún sueño… Y el rosario cuando llegaba la hora. Yo me sabía de carrerilla el ora pro nobis y lo recitaba por aquello de incorporarme a algo de mayores que no tenía ni pajolera idea de qué significaba.
Y hacerme el dormido para enterarme de aquello que en vigilia no habrían hablado delante de mí.
Mucho más tarde, con mi primera novia, ese deslizar la mano bajo las faldas y encontrar sus muslos debajo de la bata, tersos, ardientes… Y más arriba, la promesa cumplida de no ponérselas… Uf.
La sustituimos por el tresillo, la mesa de centro y la televisión. Y se acabó el diálogo y las risas. Aunque mi
Hay cosas que se quedan grabadas en nuestra memoria hasta el fin de los días. Aquella de mi maestro, es una.
Que quede entre nosotros
Cambio de horario...
Es en lo único que se ha notado en mi hábitat, en que me ha jodido como cada cambio que realizan.
Porque, vamos a ver... Si el mayor consumo lógicamente lo presenta la industria y ésta pone en marcha su maquinaria sean las cuatro o las cinco ¿dónde está el ahorro?
Los centros comerciales abren cuando es bien de día, en uno u otro caso. Y cuando lo hacen, venga luces, venga aires, venga todo lo que sea... ¿y dónde está el ahorro?
Oficinas, talleres, servicios oficiales... Tienen siempre las luces encendidas, por tanto, poco ahorro. Y la calefacción. ¿O es que pretenden decirnos estos tuercebotas que son nuestros dirigentes, que también se acorta la jornada laboral?
Durante años he dirigido un centro de negocios con un almacén de seis mil metros cuadrados. Si arañábamos algo de luz solar por la mañana, la teníamos que secuestrar por las tardes, porque a las cinco, como las buenas corridas, todo a oscuras. Ahorro en el cambio de horario: CERO.
En mi casa (aunque no es significativo porque no creo que se note el ahorro a nivel nacional), cuando me levanto tengo que encender las luces sea una hora más o una hora menos. Claro que todo cambiaría si me levantara a las once, aunque también, levantándome a las once poco se iba a notar el cambio en el ahorro. Pero además, a las jodidas cinco de la tarde, tengo que iluminar la casa si no quiero ir bajando como una bola por las escaleras. ¿Queréis saber la verdad? Mayor gasto, porque entre otras cosas, la calefacción la programo en función del frío que tengo, no de la hora que sea. ¿O es que alguien dice: "joder, las cinco, voy a calentarme..."?
Se han hecho estudios sobre cómo afecta al personal el cambio de horario. Se han detectado patologías de diferente grado, está claro que el cambio nos afecta. A mí, particularmente, los primeros días no me quito el dolor de cabeza por las tardes. Y todo por, según el Sr. Alonso (que estos ministros saben que te rilas), un ahorro de 6 Eurillos por hogar y mes.
A partir del momento en que estos mastuerzos que dirigen el cotarro de la tierra (ganas tengo de que nos invadan de cualquier otra galaxia porque estos ya han dado de sí lo que podían), deciden el cambio de hora: atrasan/adelantan la hora del kiki, la hora de ducharnos, del desayuno, comida y cena... Y si estás haciendo algún tratamiento a ver si la ministra del ramo te da un manual de instrucciones.
Aquí ya sabéis que lo estamos practicando desde 1974. Aunque claro, ahora ¿quién es el guapito que asume que es una patraña y echa marcha atrás?
De verdad, si os notáis así como raritos, mandadle recuerdos al primer ministro de turno y a quien corresponda. Cada día nos tienen más jodidos, más controlados y más automatizados. ¡Malditos mentirosos!
Que quede entre nosotros... O no.