miércoles, 22 de febrero de 2006

Feliz, feliz, feliz...

Tremendamente feliz. Recibiendo llamadas, mensajes, correos..., de la gente que me quiere y que sabe cómo soy feliz. Esto es lo que realmente merece la pena de la vida. Este reencuentro selectivo con la gente, este abrazo sincero y lleno de afecto.
Por eso hoy, desde las primeras luces del día o incluso antes, mi sonrisa es la proa de mi corazón, extendiéndose por calmosos mares de cariño y ternura.
La vida sigue siendo una aventura que merece la pena.
El amor, cualquiera que sea la indumentaria con la que se vista, lo mejor de la vida.
Gracias.
Que quede entre nosotros

martes, 7 de febrero de 2006

¡Para eso están los putos móviles!

Estoy completamente cabreado. A través de reflexiones entro en otras páginas y observo cómo se trata la lengua española. Joder, creí que aquí estaría a salvo de semejantes desmanes. Creí que aquí venía la gente que realmente sabía utilizar el lenguaje escrito para contar sus historias, para trazar su cuaderno de navegación. Mas no, aquí también está el insulto, la agresión. Porque no hay cosa que más me joda que las faltas de ortografía. Del mismo modo que uno no juega al fútbol si no sabe, si no canta porque no sabe, la gente debería evitar escribir si no sabe, y no exhibir sus vergüenzas ante todo el mundo, sin ningún pudor. Cambiando la naturaleza de lo escrito, porque no es igual "echo" que "hecho", porque no DEBO decir que yo "he echo mis deberes", como no DEBO decir "lo hecho a la calle". Uno cree que se va a ilustrar, que va a seguir nutriéndose y enriqueciéndose, y cuatro payasos (que no del noble oficio), se encargan de salpicar estas páginas de auténticos bodrios. He aprendido que no debo visitar ciertos lugares, pero es que al final, ni los rincones que pretendidamente podíamos considerar NUESTROS, los dejan tan impolutos como estaban cuando llegamos. El mismo tiempo que esos personajillos pequeños y zafios, emplean para destruir el lenguaje escrito, DEBERÍAN emplearlo para LEER y APRENDER cómo ESCRIBIR sin JODER. Es muy fácil creer que se sabe. Ya se sabe que la ignorancia es muy atrevida.

Que quede entre nosotros