viernes, 22 de septiembre de 2006

Sus manos, su alma...



Ea, una más. El miércoles (benditos miércoles), mientras comíamos, me habló de más proyectos, de más libros, de más ilusiones...

Aquí está la portada de lo que será su próximo libro. Y ahí está su alma, detrás de lo que sus manos son capaces de plasmar con trazos y color. Porque, fijáos, en cada pincelada, en la postura, en la insinuante y turbadora mirada, en las manos..., está su alma, la calidez de su espíritu de poeta, de artista, de buena gente...

Sí, sí, le quiero, aunque sólo venía a presentaros su próxima obra.

Que quede entre nosotros

jueves, 21 de septiembre de 2006

Sus galletas

Ahí están, esperándolas. Han oído el celofán que recubre el paquete y se plantan frente a la ventana de la cocina por si cae alguna... He decidido tomar unas galletas y un vaso de leche y ellos, sobre todo él, mi Labrador, lo ha oído y cree que son para él. El Beagle, más nervioso, querría entrar a través de los barrotes. Saben lo que son, sin haber ido ni a primaria ni a secundaria, sin haber pasado por ninguna facultad... Oyen el sonido -similar a un chisporroteo- del paquete al abrirse y saben que son galletas, y que posiblemente les toquen (las compro para ellos y para nosotros, tostadas, crujientes, deliciosas)... Antes de dárselas, cada una dividida en partes 30-70 (hay que tener en cuenta su peso), ya asoman sus hocicos relamiéndose.
Ellos no saben escribir pero estoy seguro de que si supieran, al igual que han aprendido rápido que han de caminar a mi izquierda, que tienen que sentarse mientras les pongo el plato de la comida delante, que deben venir cuando los llamo, que a una simple seña acuden para que los ate mientras saco el scooter para marcharme, que no deben defecar en la calzada, a tender su mano cuando han hecho algo mal y les regaño; al igual que han aprendido todo eso, habrían aprendido a NO escribir notas de esta guisa:
"Kerido hamo savemos que te hestas komiendo las gayetas y no nos das la prosima bez que nos pidas que agamos halgo no te bamos ha acer ningun kaso".
Más o menos...
Sin embargo, estos mastuerzos de jóvenes, que han optado por todo lo que acertadamente dice ROWAN, en lugar de disfrutar del indescriptible placer de leer, de ver una buena película, de mantener una agradable charla que te haga maldecir el paso del tiempo y no esos (jo, tía, qué fuerte... Jo, tío, cómo mola... Flipas con tu viejo...), de donde con esfuerzos más que sobrehumanos no logran salir; éstos sí serían capaces de escribirla, de modo absoluta y totalmente natural. Pero a quien más vergüenza debería darle tener un pueblo de esta naturaleza, que es al poder, naturalmente le beneficia. Ya sean de izquierdas o de derechas (todos de centro, por supuesto), cuanto más burros sean los administrados, más se perpetuarán en sus desmanes sin más oposición que el que espera la alternancia.
¿Comprendéis el abatimiento que siento en muchas mañanas, en muchos atardeceres, cuando observo qué es lo que está pasando?
Pues eso,
Que quede entre nosotros

miércoles, 20 de septiembre de 2006

¿Futuro? ¿Qué futuro?


Iba caminando con mis perros. Temprano. Me sorprendió lo que parecía ser una nota en el suelo. Ésta.

Aquí está de relieve lo que va a ser de nosotros... "El futuro pertenece a los niños" decía 5th Dimension en una de sus canciones. ¿Futuro?

¿Qué futuro puede esperarse de quienes escriben como lo hace este jovencito? Buena letra, lo que invita a pensar que ya está en los teen. ¡Qué vergüenza! ¿Es a esto a lo que aspiran en la vida?

No hay una coma, no hay un acento... Se sustituyen las palabras por puras letras que, teóricamente y sólo teóricamente, podrían decir lo mismo. Pero, caramba, cuando llega al punto en que "me dava palo ir a sentarme". Ese DAVA, ese clamor de nuestros académicos...

¿Adónde vamos a ir a parar?

De eso hablo cuando me quejo de lo que estamos haciendo con los jóvenes.

De eso.

Y encima le da risa... Joder.
Que quede entre nosotros

martes, 19 de septiembre de 2006

Nekane

Amiga mía:
Te escribo esta carta porque los hados así lo han decidido... A veces su forma de actuar, aunque me incomode, quizás tenga su razón de ser.
Escribí un largo comentario en tu cuaderno sobre tu nota "¡Qué poquito te prodigas...!", y pese a que, por haberme pasado en más de una ocasión, suelo tomar mis precauciones, no lo hice esta vez y mi texto andará por ahí vagando en la nada o simplemente habrá desaparecido.
Ésa es tal vez, la jugada que me han gastado los hados para traerme aquí y escribirte donde a buen seguro, también vendrás.
Te escribo porque siento profundamente la necesidad de hacerlo. Cuando comencé a dejar testimonio de mis inquietudes, a desnudar mi alma en estas páginas, jamás pensé que un día sentiría el impulso de escribir a alguien más que a mí mismo.
La vida está llena de tremendas dificultades porque los seres vivos nos empecinamos en que así sea. Hemos cambiado palabras en nuestro léxico para acomodarnos a unos tiempos en que lo espiritual, lo bello, se ha transformado. Así empleamos "tolerancia" en lugar de "respeto". Y no es lo mismo, amiga mía, no es igual.
Aquellos que como tú, "se dan cuenta" (me encanta ese término que utiliza Bucay con un acierto encomiable), de cómo la sociedad se transforma en egoísta, agresiva, maleducada..., sienten la necesidad de evacuar una visión absolutamente distinta, profunda, hermosa... Y saben cual es la diferencia entre tolerancia y respeto.
El anonimato que nos proporciona este medio, es una herramienta que mientras muchos la emplean para fines menos nobles, otros hacen jirones de su alma y los dejan grabados en páginas llenas de poesía para solaz de muchos otros.
Cuando camino con mis perros en la soledad de los amaneceres, mi mente navega entre recuerdos y proyectos. Al llegar a casa, a veces, sólo a veces, siento el irrefrenable deseo de contarlos. Y de esos recuerdos emana claramente mi vinculación con la escritura, ese hermoso arte que nos permite comunicar nuestros sentimientos con mayor acierto que la palabra. Porque es más reposada, más calmada, menos precipitada, más interior... Tentaciones he tenido en el pasado, cuando este medio no existía, de escribirme mis propias cartas, franquearlas y recibirlas con el alborozo que produce tener noticias de alguien a quien queremos. ¿Y a quién queremos más que a nosotros mismos? Todo para tener, "de otra parte", una visión de la vida y de los vivos, más próxima a mí mismo. Nunca lo hice.
En noviembre de 2005 en que comencé esta andadura, sin más pretensión que la de perpetuarme, de ir a mis páginas y leer aleatoriamente mis cosas, sin importarme si alguien más lo había hecho, sin saber durante meses lo que era un comentario; fue como llevar a cabo aquel proyecto de escribirme mis propias cartas.
Y los hados me llevaron un día a otra casa y te conocí. Y te leí. Y me sentí próximo a ti.
Y ya desde entonces, el peregrinaje por tu casa y por otras, ha sido constante.
Y he sentido la caricia suave de quien escribe con el alma.
Y me he sentido más cerca.
Hoy, a través del tiempo, todo se ha transformado en sincero afecto, en cariño.
Es por ello que estoy aquí, para pedirte una vez más que no abandones, que te prodigues más o menos, pero que no abandones. Porque aquello que haces te aporta bienestar interior y también, si lo compartes con los demás, a nosotros.
Lo sabemos. No hay muchos motivos para ser felices... Los niños son malcriados, maleducados por unos padres que pretendiendo ser más progresistas que nadie (aquí da la impresión de que todo el mundo hizo una revolución, corrió delante de los grises, etc. etc. y el dictador se murió de viejo), se han ocupado únicamente de tratar de alcanzar puestos de relevancia política o económica sin mirar hacia el futuro, hacia este planeta tierra cada vez más hostigado por los desmanes de quienes prefieren pagar multas a evitar vertidos. A unos políticos que lo permiten porque lo inmediato es cubrir los tremendos déficits que tienen sus administraciones. Y así fue que España, este país nuestro, es el destino de fiestas abominables que por cuatro euros se ofrecen a seres que deberían quedar "clausurados" en sus países de origen. Es el primero en empleo precario, en incultura, etc. etc. El futuro se vislumbra descorazonador.
Y porque lo sabemos, personas con tu sensiblidad, con la belleza de tus sentimientos, no pueden dejar de compartir su prosa, aunque sea contigo misma.
Yo seguiré el rumbo elegido, dejar éstas y otras notas para quien desee leerlas. Cuando nazcan de mi interior, cuando la falta de aire las haga salir afuera.
Y lo he hecho con tinta violeta, como antiguamente, como cuando la gente se quitaba el sombrero para saludar, como cuando para hacer cualquier cosa antes se preguntaba si molestaba, como cuando había "maneras".
Con mi sincero afecto y admiración.
Y hoy, no es necesario
Que quede entre nosotros

viernes, 15 de septiembre de 2006

Vuelve mi hermano


Vuelve, lleno de energía, de color. Aquí está su nuevo libro: 4 Poemas de Miguel Hernández y una canción de cuna.
Y tengo que anunciarlo a bombo y platillo, porque es un gran artista, porque es un gran autor, porque es grande en todo y se merece todo lo mejor.
¡Ah! y que no se os olvide que un día, será reconocido así.
Que quede entre nosotros

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Juntos hasta el fin

Cuando se conocieron sentía mariposas en el estómago. Cosas del enamoramiento. Después se emparejaron y sintieron que el mundo era un proyecto único y una sola vida, dos en una.

En estos instantes pasan por su cabeza los besos, las risas, las noches de alcoba y su olor.
El premio de su encuentro en casa cada día. Esas cenas íntimas y únicas...

Tuvieron ese hijo que ella quiere y aprieta contra su pecho palpitante. Apenas tiene cuatro años.
Ahora no recuerda bien cuando comenzó la caída. No importa. Ha madrugado y el aire fresco de la mañana se enreda con sus recuerdos y apenas tiene ganas de desmadejar nostalgias.

El dolor del abandono, de la desesperanza, de saber que aquel cuerpo que fue huella del suyo está en otros brazos, la dejó rota. ¿Cómo explicar que uno se siente roto? ¿Cómo explicar que con treinta y nueve años la vida no tiene sentido?

Sí, quizás sea débil. Quizás no tenga la fuerza de otras mujeres. Pero yo no soy otras mujeres, sino yo. Y él, que estaba a mi lado; que sembró en mí la semilla de la vida, ha quebrantado su palabra, ha roto mis sueños, mis proyectos, mis ambiciones. Y sin ellos ¿qué soy? Apenas esa percepción del frescor de la mañana, de esas paralelas que están frente a mi vista, metálicas, inertes... De ese torbellino de recuerdos que me suben del vientre a la garganta y me asfixian...

Te he mentido hijo mío. Sólo al decirte el motivo por el que hemos madrugado tanto. Por eso te aprieto más contra mi pecho, huérfano del amor de tu padre. Perdóname. Pero no sé qué sería de ti sin mí y esa incertidumbre, ese horror, hacen que te arrastre conmigo.

No temas hijo, apenas sentiremos nada... ¿Ves? Se acerca, viene raudo... Será un instante.

En dos zancadas nos plantamos entre las líneas y ya no seremos nunca más desgraciados.

Adiós, adiós... Te quise y aún te quiero. Te quiero a ti, hijo mío. Te quiero...

El tren arrolló a una mujer de 39 años con su hijo de apenas 4 años, en las proximidades de la estación de Almassora (Castellón).

Que quede entre nosotros

lunes, 4 de septiembre de 2006

Tal vez de puro cansancio...

Así comienza una hermosa canción... "Tal vez de puro cansancio, no más, le eché un tabaco al silencio".

Hoy me la recordaba esa mezcolanza que es mi cerebro y mi agenda. Creo que no he de consultar la última para perpetuar a los amigos, aunque ésta me asalte cada fecha importante por si acaso me hallo inmerso en otras cosas que me distraigan de lo importante.

Felicitándolos hoy por su cumpleaños, me he dado cuenta de que algún día (ojalá los hados permitan que sea dentro de mucho tiempo), faltaré a esa cita.

Y entonces, tal vez, echen de menos mi puntual encuentro.

En ocasiones, sólo en ocasiones, echo de menos aquella actividad diabólica que llenaba mis días, mis tardes, mis noches... E inmerso en ella, sacaba tiempo para dedicar unas líneas, una llamada, un espacio para el almuerzo, y compartir de modo especial esos acontecimientos.
Es hermoso, muy hermoso, tener alguien a quien dedicar una parte de nuestro tiempo, para decirle qué se siente, qué se sigue sintiendo.

Desde el silencio de mis días de hoy, quiero recordar a todas las personas que han significado y aún significan algo tan importante para mí como para alejar mi vida, aunque sea ocasionalmente, de esos versos a que hacía referencia al comenzar esta página de mi cuaderno.

Me gusta recordar a mis amigos.

Shhh. Que quede entre nosotros