lunes, 1 de marzo de 2010

Lo próximo y lo lejano

Desde el mes de mayo de 2009 pertenezco a esa gran cohorte que formamos los que ya dimos todo de nosotros en el terreno laboral. Había que tomar una decisión antes de que me dieran nuevamente por ahí mismo.

Desde esa fecha la vida es más plena, más válida, más pura, adaptándome claro está a lo que me dan. Aunque nuestros gobernantes, o quizás los míos solo, se encargan denodadamente en joderlo.

Treinta y nueve años, once meses y once días de cotización a la S.S. Ni una baja, ni una enfermedad ni grave ni menos grave, es decir, sin costo.

Y ahora, estos mentecatos (que sigo diciendo que me da igual del signo que sean porque no hay grandes diferencias), me meten la mano en el bolsillo vía impuestos para que no disfrute tanto de la vida. Siempre pagan los mismos, no sé de qué me extraño.

No aquellos a los que primaron con fondos exentos de tributación para que no se llevaran los dineros a otros lugares, para evitar la fuga de capitales. A esos ni tocarlos, siempre a los desgraciados, a los desposeídos. ¡Y aún vamos a las urnas!

Estos pinchauvas son unos miserables que hacen carrera en la política ¿para qué en ramas de la ciencia o la investigación? Se encaraman a los partidos y trepan sin cesar hasta que consiguen ir en unas u otras listas... Y a chupar.

Sinvergüenzas que se proclaman estar al servicio del pueblo pero que se colocan para hacer menos ingrata su labor, no solo buenos salarios, buenas dietas, buenas relaciones, sino buen futuro, sin tener que cotizar más de no sé cuántos años y sin que sus quince últimos sirvan de base para establecer su base reguladora. Eso para los que administran ¡faltaría más! Pues vaya una mierda de democracia que sería.

Que francamente no sé para qué nos hacen ser tan solidarios. Cotizamos por encima de las cantidades que finalmente nos darán. Cotizas por 3.000 y luego el límite de la pensión está en 2.400 (¿?). Asombroso.

Bocazas impenitentes que se erigen en opositores cuando lo único que saben hacer es insultar al adversario. Adversarios que no tienen ni puta idea de trabajar y van dando palos de ciego jodiendo a diestro y siniestro.

Familias en quiebra, emprendedores en quiebra... Aquí sólo sigue valiendo la política del pelotazo y el amiguismo.

Y en estos días se me hace que lo próximo y lo lejano siguen siendo portada, actualidad. Es decir, siempre los mismos, los de siempre. En ambos lados.

¡Jodido país del que no puedo ya salir huyendo!

Que quede entre nosotros