sábado, 24 de diciembre de 2011

Amigo

Así estuve a tu lado en el último viaje, amigo, como el amigo que he sido y seré siempre.

No había remedio y lo sabes. Era sufrir un día sí y el otro también. Algo que habría enturbiado la maravillosa relación que mantuvimos durante tres imborrables años.

Te pinchó el veterinario y nos dejó solos. Cogí tu mano con una mía y en la otra descansé tu cabecita. Me aproximé a tus oídos y te dije cómo te quiero. Una y mil veces, hasta que expiraste.

Las lágrimas me ahogan todavía, pero salpicadas con tus mil diabluras y tu nobleza singular. Mañana no habrá lágrimas y sólo quedará la alegría del tiempo vivido.

Fuiste, eres y seguirás siendo, ejemplar. Noble, dulce, bueno... Jamás una amenaza, siempre amor.

Recuerdo tus juegos (la gente se asombraba de tus hazañas con tu pelota). Con la picaresca que ibas a ocultarte al despacho, esperando que te la lanzara.

Ahora no sé cómo llenaré esos espacios. O sí, con el recuerdo de todo lo hermoso que me has dado. Con el de todo lo bello que me has dejado vivir a tu lado.

Has partido con la promesa de esperarme. Porque allá donde estés, iré a buscarte.

Te quiero y te querré toda mi vida.

Que quede entre nosotros

viernes, 23 de diciembre de 2011

Adiós, mi pequeño Ruby









Hacía meses que no venía por aquí aun echándolo de menos, pero hoy, hoy viernes, no quiero dejar pasarlo; no que los vientos se lleven su recuerdo en el velamen de mi goleta.

El pronóstico de su médico se ha hecho realidad, en horas. Desde anoche hasta ahora en que sólo quedan un par de ellas para decirnos adiós, su cambio ha sido monstruoso. Ya no está alegre, sus ojos han cambiado de color y una baba espesa le cuelga de ambos lados de su boca.

Aquí nos despedimos, compañero. Aquí comienza la andadura del recuerdo, de éste que guardo y guardaré de ti hasta que realice la última travesía y me vaya a tu lado.

¡Cuánto hemos querido! Nada tiene más importancia que tú y yo, que nosotros. Estos tres años a tu lado han sido enormes, mágicos, llenos de alegría y de generosidad, complicidad y amor.

Todo queda atrás contigo. Con la espuma de popa te desvaneces físicamente y creces mucho más en mi corazón y mi memoria.

Has sido y siempre serás mi amigo, mi compañero. Leal, entregado, dispuesto siempre a recibir una caricia y una palabra amable.

No quiero pensar siquiera, para no empañar tu recuerdo, quién te trajo a esta casa.

La vida a tu lado ha sido un regalo de los hados. Sólo hay belleza y armonía en tu memoria. Y estas lágrimas son el tributo que los humanos pagamos por esa separación física que nunca entendemos, pero sabes que mi corazón, mi querido Ruby, está tan lleno de alegría por cuanto hemos vivido, que nada va a empañarla. Son debilidades de los humanos.

Navegaré mil mares más, me enfrentaré a tempestades, a días plácidos; mas siempre estarás a mi lado, junto a mí, jugueteando entre mis piernas y reclamando una caricia más. ¡Me has dado tanto!

Te quiero, te quiero. Nos queda poco, amigo. Y sin embargo, toda la eternidad.

Que quede entre nosotros