domingo, 13 de mayo de 2012

12-05-12 ¡Indignaos!

Estoy siguiendo desde hace horas, a través de TV, la situación del movimiento 15M. Lo estoy haciendo, escuchando a una serie de periodistas tertulianos, en Al Rojo Vivo, y viendo imágenes de la Puerta del Sol.

Siento como una emoción intensa me recorre el organismo, y domeño mis impulsos acomodándolos a esa respuesta civilizada y prudente que están dando los concentrados. Lo hago porque incluso los tertulianos, de diferentes tendencias en sus opiniones, moderan sus intervenciones y mantienen un equilibrio educado y correcto.

Y siento, a la vez, como la indignación me invade. Pienso que una gran parte de mis conocidos está de juerga, ausente como yo de las concentraciones, pero además ignorante de cuanto está sucediendo. Es como si los problemas nos afectaran sólo a unos pocos, como si esta situación amarga en que se encuentra nuestra nación, lo fuera tan sólo para una parte de ella.

Luego todo el mundo opina de lo que está pasando, pero es como si pasara un tren por la puerta de su casa. La misma estela, el mismo resultado. Hay que pararse y mirar a las ventanas de esos vagones, y disfrutar viendo que el tren está lleno. Pero los hay que sólo les gusta ser modernos, progresistas y, además, estuvieron allí, en primera línea..., de playa.

Es lo que pasa con este país. El país lo conformamos todos, TODOS. Y mientras en la piel de esta España nuestra, todos no sintamos igual las injusticias, el secuestro de nuestros derechos y logros sociales, nada se acelerará.

No sé cuándo, pero pasará, porque todo pasa. Las crisis se generan cíclicamente, y se resuelven del mismo modo. Sólo quienes hacen de la lucha su estandarte, y como en este caso, lucha pacífica, acelerarán el proceso. Luego todos habrán estado allí y tendrán los mismos derechos. Así es esta piel de toro que hoy me hace enorgullecerme y las más de las veces, me da tantísima vergüenza. Tanta como siento por los paisanos que andan divirtiéndose, dando la espalda a una realidad contra la que luchan unos pocos y que seguimos segundo a segundo, otros pocos.


Quería hacer un homenaje a esas gentes que han celebrado una jornada de este calado, con serenidad, con energía y con un sentido cívico encomiable. ¡Viva el 15M!


Que quede entre nosotros

 

jueves, 3 de mayo de 2012

Recortes, ajustes...

Siguen jugando con nosotros, con nuestro hoy y, tristemente con nuestro mañana. Políticos de mierda.

Siguen aferrados a sus cargos, a sus sueldos millonarios, a sus prebendas (ya sabéis, hacer poco y recibir mucho). Ellos no utilizan en primera persona el verbo recortar, ni el de ajustar, nos lo aplican a nosotros. Todos, de izquierdas y de derechas, de centro y nacionalistas... Todos al Parlamento -cuando van-, pero no a defender a quienes cacarearon ir a defender, a representar, sino todo lo contrario. Ponen el cazo -sin recortar y sin ajustar-, y a otra cosa, mariposa.

Y cuando esos recortes o ajustes, no son suficientes, se inventan más... Subida de impuestos, pago de peaje por autovías... Y si lo que era gratis, ahora no lo es, han aplicado un nuevo concepto: ROBAR. Las autovías se construyeron con caudales públicos, en teoría para modernizar las infraestructuras de un país de chirigota como el nuestro. Y si pagando los mismos salarios de miseria, las mismas pensiones de ídem, las mismas prestaciones por atravesar situaciones de precariedad; suben impuestos y te cobran por lo que antes era gratis, la caída en picado hacia la miseria es inminente, peligrosamente inminente.

Hoy me decía una amiga que estaba leyendo el libro "Los juegos del hambre". No he dejado que terminara -radical en ocasiones que es uno-, le he dicho que me niego a leer en novela lo que es una realidad. Únicamente falta el último toque, el toque final. Hay que tener muy mala leche, dadas las circunstancias, para escribir una obra así -como decía un compañero fallecido: a cojón visto, macho seguro-, y más cuando se tilda de "ciencia ficción" a una obra escrita en el 2008, en plena crisis mundial. Parte de la sinopsis del libro, extraída de Wikipedia: "Una guerra por la supervivencia deja a Norteamérica dividida en 13 distritos controlados por el Capitolio, un lugar donde es posible tener todo lo que uno quiera solo con chasquear los dedos. Pero llegaron los Días Oscuros, cuando los distritos lucharon por la supervivencia y por salir de la decadencia. El Capitolio, gracias a sus avanzadas tecnologías, consigue la sumisión de doce distritos y la aniquilación del decimotercero; y para que todo el mundo recuerde que los Días Oscuros no se deben repetir trae consigo "Los Juegos del Hambre", una sangrienta competencia en la que un chico y una chica de cada distrito deben luchar a muerte, sin normas: el que pierde muere, el que gana tendrá la fama de todo Panem y todas las riquezas inimaginables.
Ya pasados setenta y cuatro años de los Días Oscuros, la gente de Panem está acostumbrada a trabajar hasta agotarse y morir, pero unos pocos valientes se arriesgan a luchar y desafiar al Capitolio; Katniss Everdeen, una chica de 16 años atraviesa todos los días la alambrada del Distrito 12 para cazar en el bosque y comercializar las presas; la única salida para sobrevivir".

Imaginación fue "La guerra de los mundos", en 1938; que llevó a los habitantes de dos ciudades al terror, pero esto, esto es muy mala baba.
 
Prefiero seguir escupiéndoles todo lo que siento hasta quedar seco, que rebozarme en la mierda que crean los oportunistas, manifestándose novelistas sin hacer otra cosa que crónicas de la vida diaria. Es que en ocasiones, no tenemos remedio.

Cada día es más duro llegar al día siguiente. Esto es la realidad, el juego del hambre que están inventando cada día para cada habitante de este país.

Que quede entre nosotros