viernes, 14 de enero de 2011

Tenía que ser VIERNES

De nuevo juntos, mi querido hermano, mi imprescindible hermano, mi Jose del alma. Y el tiempo se nos escurre entre los dedos mientras cada espacio se llena de nosotros.

De nuevo a Conxeta, hoy los tres: mi hijo, él y yo. Y tras devolver a mi hijo a sus quehaceres, a bebernos la tarde juntos, como siempre, como nunca.

Decía Larralde en uno de sus poemas: "...y hasta parece mentira / mocoso sin sombra e barba / que de una sangre pareja / salga la cría cambiada". Y por esos derroteros hemos hablado de la sociedad actual, de sus miembros, de la apatía y el vacío que sostiene en peligroso equilibrio algunas vidas, como si las hubiera de repuesto, como si uno pudiera volver a comenzar desde un punto determinado.

El género femenino lastra su vida tras un fracaso y pretende lastrarnos con él a quienes nada tuvimos que ver en la derrota. Es cuando menos, tristísimo que algunas relaciones se frustren porque la gente se ancle al pasado y sufra cada día los rigores de un naufragio que quedó atrás, haciéndolo presente cada día. Hay que navegar, con el torso desnudo, dejándose acariciar por la brisa y aferrándose con fuerza al timón en la más dura de las tempestades... Y renovarse, y ser uno nuevo, y dejar de lastrarse y de lastrar a los demás. ¿Suena a utopía?


Con nadie en este mundo me siento más identificado, más próximo, más cómplice. En ocasiones lo comentamos en  tono de broma; qué pena que alguno de los dos no hubiera sido mujer.


Aquí estamos, como cualquiera de nuestros miércoles. Creo que no hay que descifrar nada, creo que los gestos lo dicen absolutamente todo. Creo que nadie pondría otro título a esta foto que "Felicidad"...





Que quede entre nosotros

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