miércoles, 15 de diciembre de 2010

Vencidos, hundidos y humillados

Así es como yo los veo: Inmorales. Gobierno y oposición, oposición y gobierno.

Nos espera un 2011 d e s o l a d o r. No pretendo amargar los ánimos de quien accidentalmente venga a leer estas páginas, pero es lo que dicen los indicadores; salarios y pensiones "congelados"; precios al alza.

Decidme sinceramente si la pretensión no es humillarnos hasta perder la dignidad. El dinero sigue ahí, en paraísos fiscales o donde quiera que lo tengan los de siempre. Nosotros vamos acumulando carencias.

Subirá la luz, tan necesaria en cualquier hogar; se habla de un diez por ciento ¿habrá algún salario que suba esa cifra? Ya suben los carburantes que están por encima del que alcanzaron cuando la guerra de Iraq, pese a que entonces el barril estaba a 150 dólares y hoy alrededor de 90. Alguien se está poniendo las botas a costa de nuestra dignidad, de nuestra economía.

Acostumbrado a realizar compras en mercado, siempre preciso más para comprar lo mismo. Es decir, no se necesita ningún grado en económicas para saber qué está pasando.

Si nos suben los alimentos, los productos básicos, los energéticos, y nos mantienen los salarios y las pensiones, es claro a qué nos quieren conducir. A la extenuación, a la pobreza más infame.

Vamos hacia atrás, a la pérdida de cualquier conquista social que se hubiera conseguido. Ampliarán la edad de jubilación, congelarán las subidas salariales,  cada día está más próximo el despido libre, subirán los impuestos... E iremos muriendo poco a poco.

A veces la mente estalla y se quiebra algo en el interior. El caso de Olot hoy es una muestra. Alguien se vuelve loco porque ve que ese panorama que dibujo es una realidad, que se queda sin empleo (aunque el patrón no sin su hacienda), que no tiene futuro o que su futuro es la hambruna... No justifico ninguna muerte, pero acostumbrémonos a verlo con más frecuencia. Son los tiempos que nos ha tocado vivir.

Si a aquellos que estaban en el desempleo antes les daban esos insuficientes cuatrocientos euros, ahora van a quitárselos ¿de qué comerán? ¿Cómo pagarán la hipoteca? ¿Cómo la letra del coche? Todos esos préstamos a los que ayer, hace bien poco, los dueños del dinero les invitaban.

Le contaba a mi cielo en ocasiones que no pararían hasta vernos de rodillas, hasta vernos humillados y sin dignidad. Y eso es hacia lo que avanzan sin piedad. Con el contubernio de los políticos y más de los nuestros.

Siempre salen a la palestra diciendo aquello de que en éste o aquél otro país todo es más caro, pero nunca nos dicen que comparándolo con los salarios aquí salimos SIEMPRE perdiendo.

Es lo que nos ha tocado vivir en un país de gente que baja los brazos y se olvida de la solidaridad, de la lucha y de la dignidad. Éste en el que cada día que pasa siento más vergüenza de vivir.

Y por una vez...

Que NO quede entre nosotros

No hay comentarios: