martes, 28 de diciembre de 2010

Brainstorm

Eso sucede exactamente en mi interior en los últimos días, una auténtica tormenta de ideas, de situaciones, de proyección...

Después de pasar la nochebuena conmigo, mi hija regresó a su casa el día 26. Cuando me dirigía al chalé para compartir una paella con E, mientras iba partiéndome el culo a reír con una especie de canción de Navidad que habían puesto en "No es un día cualquiera" (estribillo: "me cago en el año viejo, me cago en el año nuevo, me cago en el arbolito y me cago en ti..."; de repente apareció delante mío: Seven Carolina Herrera. No podía créermelo. Me puse a su altura y descubrí que iba solo, ya le he visto también el careto. Enhorabuena querida, magna elección.

De regreso a mi hogar-dulce hogar, una increíble conversación con I. Y en la mañana del lunes, tras compartir con ella unos instantes entrañables, recibí su invitación a cenar en su casa. Dios qué emoción, qué desasosiego... No sabía qué ponerme, cómo ir, qué llevar... La primera vez, sabiendo además que ya estaba en peligro, que me atraía de manera especial. Por otra parte saber que su hijo iba a estar allí me tranquilizaba.


Rosas, foie y carretera hasta llegar. Estaba radiante, preciosa. Parecía una chiquilla. El hijo no estaba ni llegó. Al final me confesó que había decidido estar con su padre. Me temblaba todo. La cena mágica y más tarde, nuestra charla en el sofá frente a la chimenea. Y las confidencias, y la complicidad reinando. Y sus ojos de noche más claros, viajando a las profundidades de mi alma. Y se produjo el acercamiento, al principio leve como al descuido. Y sentí su olor y su respiración cerca de mí. Y se dibujó el beso y seguidamente más complicidad y más besos y caímos víctimas de nosotros mismos, de nuestro deseo, de nuestras ansias por pertenecernos. Inmersos en humedales nos fuimos a la cama y ¡dios cómo gozamos! Me preguntó en un levísimo paréntesis si me quedaba a dormir y dije sí, raudo, sin dudarlo.


¡¡¡Vuelvo a sentir!!! Estoy vivo y, posiblemente, enamorado. Todo lo que es me gusta, todo lo que veo me gusta, todo lo que siento me gusta... Ya no se me quita de las ganas. Tengo su olor en mi piel y el dibujo de su cuerpo en el mío. No nos despegamos en toda la noche y cuando desperté de madrugada y vi que aún nos quedaban dos horas, la apreté más contra mi cuerpo. ¡Dios qué hermosa es!


Adiós a los jueves. Adiós a los intentos de aproximación. Cada cual a su vida, sin cerrar la puerta a la amistad, pero ya sin urgencias, sin apresuramiento...


Se cierran capítulos, se abren nuevos horizontes. Ahora sí, ahora sí me siento quien quiero ser, para dar, para dar hasta reventar. Una vez más o quizás, con suerte, la última hasta el fin de mis días.


Que quede entre nosotros

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