martes, 9 de noviembre de 2010

Cuando el diablo no tiene qué hacer...

"Con el rabo mata moscas". Y eso es lo que nuestros dignos académicos han hecho con la propuesta de modificación del diccionario. ¡No te jode!, en lugar de ampliar, de embellecer; suprimen... Si es que todo se contagia, y estamos en el país de las prohibiciones.


Y de resultas, a estas alturas de mi vida, igual me toca corregirme futuros errores y dejar de acentuar "dé" cuando esté hablando del verbo dar y no de la preposición; y también guión, fíe, huí, etc., aunque nada se habla de raíz, más o té (la infusión, claro).


Pero siendo escandaloso, y buena prueba de lo que opina la gente está reflejada en la encuesta nada favorable a los cambios, que está en la página digital de El País, no lo es tanto como suprimir letras tan nuestras como la "che" y la "elle"; e incluso cambiar la "q" por "k" en otro montón de expresiones.


Manda cojones los ilustrados... Además de los numerosísimos planes de enseñanza a que nos someten nuestros ínclitos gobernantes, que llevan a nuestros estudiantes más perdidos que un hijo de puta el día del padre; ahora nos toca aprender un nuevo castellano donde las tildes van a brillar por su ausencia y es más, acentuar palabras que en su nueva concepción no tienen tilde, será según su propósito, falta de ortografía.


De verdad que cada día siento más vergüenza (¿o será verguenza en el futuro?), de vivir en este país de mierda.


¿Qué opinará de esto mi admirado Pérez Reverte?


Y esto casi que no, que se extienda... Ojalá que nosotros fuéramos todos.


Que quede entre nosotros

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