domingo, 5 de julio de 2009

JUGUETES ROTOS

Ni siquiera le pidió que lo quisiera. Nunca lo pidió.

Ella abrió el camino, una especie de reto, de desafío. Y ella lo cerró.

El muñeco tirado en el arcén de cualquier carretera olvidada.

No hay heridas a pesar de todo. No porque no hay nada que duela. No porque lo único que causa dolor es el propio dolor, el que él mismo se podría haber causado.

Fue honesto y justo todo el tiempo. Y leal.

Podría ser un juguete roto, pero yo sé que no lo es. Lo sé.

Shhh

Que quede entre nosotros

3 comentarios:

José Aguilar dijo...

Hermano. Hoy ya es miércoles.

¿Comemos...?

Las cosas sencillas son las más hermosas y las más necesarias al cabo.

virgi dijo...

El necesario dolor que nos hace más fuertes, después de caer al fondo. Juguetes con huellas indelebles, eso somos, aunque a veces nos creamos algo más.
Un abrazo

José Aguilar dijo...

Puedes copiar y pegar este enlace, hermano. Es para ti.


http://enversoyalgomas.blogspot.com/2009/07/aquel-quien-llamo-hermano_16.html