lunes, 15 de septiembre de 2008

Nowhere

En ninguna parte, en ningún lado... En medio de la nada más absoluta. Así nos encontramos cuando llega el momento crucial. Ése en que se desvela el misterio, en el que conocemos que el final está próximo.

Y cientos de veces me digo: estoy preparado. Ya no me importan las cosas por hacer (que siempre las habrá), ni la música por prodigar, ni elegir mi última canción que siempre es y será Unchained Melody.

Y lo estoy. Porque hoy en día sería estúpido negar que esa lacra de nuestra era llamada cáncer, se acabará apoderando de mí, como lo está haciendo de tanta gente. Es la enfermedad de moda que nunca denominarán pandemia.

Lo veo en los hospitales a los que tan poca afición tengo y que tanto visito por unas u otras causas. Gentes de toda condición, de todas las edades. Que los ataca aquí o allá y los devora lenta o rápidamente, sin apenas darse cuenta.

Es lógico, me digo, luchar. Aunque lo hago justificando su lucha. Yo prefiero conocer qué me queda y esperar fumando un cigarrillo o tomando ese vaso largo con poco malta, mucho hielo y un refresco de cola, mientras pueda hacerlo. Después ya sé, dejar de conocer y abandonarme a la parca.

Y es terrible no saber si esa maldita semilla está creciendo en nuestor interior, callada, silenciosa. Trepando por nuestras entrañas hasta provocarnos la náusea, el vómito, temer el instante de comer porque sabemos cual será el resultado... Y ya será demasiado tarde.

Pero creo que estoy listo, preparado para ir a ninguna parte.

Que quede entre nosotros

No hay comentarios: