jueves, 11 de enero de 2007

¿Por qué nos enamoramos?

Y perdemos el norte y el sur, y la orientación, y el apetito.

No importa cómo sea, nos ha gustado... No sé, ha sido algo en su mirada, en sus movimientos, en su voz, sus manos... Quizás un conjunto de todo cuando llevábamos nuestro navío a la deriva.

Si nos paráramos un día, si fuera posible pararse un día entero, analizando, mirando desde fuera... Sí, ya sé que no es posible.

Su risa lo es todo, su mirada una sima a la que precipitarse sin cuerdas ni arneses, su boca ¡ay su boca! Son esos besos en los que ociar sin medida.

A veces no es preciso más en esos primeros contactos. Las caricias son producto de miles de sueños que se hacen realidad, donde quiera que se pierdan.

Caminar de la mano. Embelesarse.

Su voz es una sinfonía que uno se empecina en escuchar una y otra vez.

Y, cinco minutos después ¡qué digo cinco!, uno, o segundos, de separarse, el deseo de llamar, de escribir, de volver a retomar el último espacio.

Compartir la música, estremecerse si sus ojos se entornan de pasión al escuchar esa parte que tanto nos emociona. Sentir que las manos se abrazan como si quisieran fundirse en una sola.

Y somos nosotros. Los mismos.

¿Qué sucede unas semanas, unos meses después? ¿Por qué no nos sentimos tan enamorados?

Que quede entre nosotros

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé, lo que sucede unas semanas, unos meses o unos años después. Pero que más te da, lo que vaya a suceder dentro de un tiempo. Lo que te sucede ahora es único, sientes, miras, percibes diferente. Disfrútalo, ni tan siquiera lo analices.
Lo que si sabes, es lo que sientes ahora. Y esta claro, que lo que sientes te gusta y mucho. Para que perder el tiempo, en posibles previsiones. Si la luz y el color lo invaden todo, porque empeñarse en cerrar las ventanas.

Abir dijo...

Nos enamoramos porque forma parte de nuestra complejidad.
Con el tiempo se pasa el enamoramiento, el flechazo y se llega al amor.
Al profundo, al amor sereno, al que dura y convierte a dos personas en inseparables...
No podríamos vivir siempre estando enamorados, con ese fluir constante de hormonas! Aunque hay quién no acepta la evolución y termina sus relaciones cuando acaba el enamoramiento inicial.
Eso, cada uno lo siente como lo siente...

. dijo...

¿Por qué un río nace donde nace?

Somos intrépidos aventureros que incansables, queremos encontrar esos nacimientos.

Una vez hallados, los disfrutamos, nos inundamos y gozamos de sus cálidas aguas. Nos dejamos llevar por sus rápidos, sus corrientes, sus saltos que nos sobresaltan y emocionan, nos asustamos con los remolinos que en ellos encontramos, pero es lo único que nos mantiene vivos, que da sentido a nuestra vida…

Hasta que un día, empieza a secarse, el caudal disminuye, hacemos presas, represas, pero se infiltra la escasa agua que lleva, hasta que se evapora, o finalmente se seca…

Podemos esperar a que llueva, a que en algún momento vuelva a ser lo que fue, pero ya nunca será.

Quedará la huella del paso, de un hermoso río que nunca consiguió llegar al mar y arrastrarnos con él a ese soñado océano de inmenso amor…

El buen aventurero, sigue atándose las botas y continua la búsqueda de nuevos ríos.
Recorre caminos, pedregosos algunos, remonta praderas, también llega a yermos parajes de desolación donde llora de desesperación y agotamiento, pero a veces, acompañado o no de sus canes continúa la búsqueda.

Descansa apoyado en algún frondoso árbol, recupera fuerzas y cerrando los ojos sabe que merece la pena continuar…

Alguna vez se cruza con otros aventureros que como él, andan en busca de similares remansos de paz.

Se animan mutuamente y continúan el camino…

Siempre, merece la pena el esfuerzo, ¿verdad compañero?