viernes, 27 de octubre de 2006

Respeto

Hoy va de vagancia. Rescato una carta que me publican hoy en un diario de la región. Publicada pizca más o menos...
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RESPETO

He llegado a la conclusión de que la falta de respeto (lo voy a repetir hasta la saciedad), hace que todo vaya como va en este país nuestro de cada día. Pero es que el respeto forma parte de la educación, y ésta no parece interesarle a nadie.

Si los gobernantes y quienes se oponen, no fueran los primeros en dar ejemplos de incivilidad, de agresividad verbal y del siguiente paso que es el insulto; quizás los ciudadanos aprenderíamos a vivir en el respeto, dentro de su marco. Es algo que nos deben, nos adeudan: RESPETO.

Si el respeto preside una reunión, una charla, un debate, cualquiera que sea el tema; estoy seguro de que se podrán poner de manifiesto unas u otras ideas y al final, haber creado una atmósfera de concordia difícil de romper. Pero no, aquí no reina el respeto sino que está desterrado.

Se jactan algunos, como el Sr. Navarro (Director General de Tráfico), de haber reducido el número de sanciones, incluso de víctimas, en la carretera. Que espere el señor Navarro a que esos energúmenos que desconocen el verbo respetar porque ni él ni sus acólitos se lo han enseñado a conjugar, comiencen a causar accidentes mortales en caminos vecinales, vías agrícolas, urbanizaciones, etc. Porque es ahí donde ahora se desfogan aquellos a quienes simplemente asustan las medidas implantadas. Digamos pues que es la pera que este señor, de nombre pronunciado de forma similar, se sienta tan ufano por haber causado simplemente una reacción de temor, de miedo, no de haber conseguido educar a los conductores. Me gustaría mucho equivocarme. Éste sólo es un ejemplo, desgraciadamente la vida diaria nos muestra muchos más.

Si los jóvenes (no todos tienen capacidad para separar el trigo de la paja), un gran porcentaje de lo que ven y oyen son muestras de agresividad, de fraudes, de luchas encarnizadas por el poder (cualquiera que sea su indumentaria); no es extraño que se contagien, que vivan desesperanzados y al borde de la frustración. Y que sus manifestaciones sean el resultando de ese indeseado germen.

Son los poderosos y quienes aspiran a serlo, quienes deberían crear escuela en el respeto (y no en la falta de él), de ética y de honestidad. Los males se previenen. Una vez afectados por ellos, erradicarlos siempre resultará traumático, doloroso o imposible.

Podría extenderme durante páginas y páginas, aunque sé que hay un límite, un número de líneas que recortan mi derecho a expresarme pero que respetan el derecho de otros ciudadanos a expresarse también.

Ojalá que nadie piense que es una carta catastrofista. Ojalá que alguien quiera reflexionar sobre el respeto. Y puestos a pedir, ojalá esos mandamases que nos acaramelan en las semanas previas a las elecciones, aprendan a conjugarlo y nos lo demuestren en cada uno de sus actos. Habrá tenido sentido.
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Pues eso...

Que quede entre nosotros

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Meph,
¿Cómo pedir respeto a quienes están donde están (los políticos) para llenarse el bolsillo simplemente ? La política se ha convertido en un juego con premio, al más fuerte,al más hábil, al más listo... no a quien se preocupa por hacer de esta sociedad un mundo mejor y más respetuoso con todos. En esto nos estamos convirtiendo también los individuos, en meros espectadores de unas reglas que nos dan.

¿Donde vamos a parar si hay mucha gente que se sorprende porque una niña de 3 años (mi sobri) sabe decir por favor y gracias?¿cuando una anciana se sorprende porque le dejas el asiento en el autobús?
Lo lógico, lo normal pasa a ser excepcional... que no nos pase nada!

Un beso para tu vagancia ;)

. dijo...

Distintas camisetas, distintos colores, un mismo juguete…
¿Acaso comparten, disfrutan uno con el otro?
-“¡Esto es mío!
-“¡No, que es mío…!
Inmaduros, egoístas, ególatras, pretenciosos…
Gobernados por incultos, pedantes, soberbios e irrespetuosos.
Pero les dejamos hacer. Nos perdimos igualmente el respeto. Permitimos que hiciesen y deshiciesen sin compartir, sin repartir, les entregamos el poder, la riqueza, nuestro y el esfuerzo de los que nos precedieron… ¿para qué?
Para tener miedo a los jóvenes, a sus excesos con todo y todos.
Temer al futuro, casi al presente. Perder la ilusión y la esperanza. Descreernos en el ser humano.
Porque nos dejamos de respetar, les dejamos de respetar y nos perdieron el respeto…

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, dan un espectáculo vergonzoso!.

Besotes.

Anónimo dijo...

Yo también estoy de acuerdo con este artículo.

Ojalá que llegase a buen puerto, o por lo menos que sea escuchado.

Intento ser optimista en mi día a día, pero no dejo de ver la falta de respeto generalizada. A veces la veo tan latente, con tantas fuerazas, tan crecida...

Que no quede entre nosotros, esta vez no.

Un beso.

. dijo...

Con todos mis respetos… ¡Faltaría más! ¿le puedo echar de menos?
Pues le echo de menos, ea.
Un beso.

(Yo como siempre, impulsos, impulsos, impulsos…)
Que quede entre nosotros… ¿hace?