viernes, 6 de octubre de 2006

Compartir

Queremos compartir las risas, el placer, una buena comida, unas gélidas cervezas (Nekane, perdóname por nombrarlas), pero no deseamos compartir el dolor, la soledad, la tristeza.

Cuando manifestamos todos estos sentimientos, ni tan negativos como nos querrían hacer ver en algunos foros, ni tan constructivos como nosotros nos empeñamos en creer; es sólo la necesidad de que escape la presión, de que no estalle nada en nuestro interior… Es, la válvula de escape.

Y no porque no quiera hacer partícipes a mis amigos, a quienes vienen a esta cubierta que trato de mantener prudentemente limpia para recibirles. No. Quizás si pudiera evitarlo, lo haría. Pero el fin es soltar lastre, quitar presión.

Es posible que, sin embargo, sean precisamente esos escritos en que lo negro nos envuelve y la desesperación o la desesperanza (los hados sabrán qué es peor), se ciñen a nosotros como un vestido invisible, los que nos aproximan más a la gente. Quizás porque nos definen como lo que en realidad somos: vulnerables.

No entiendo que haya más profundidad en la pena que en la risa, aunque coincido con mi querido hermano en que son los estados de melancolía, de nostalgia, los más fértiles para mostrar lo mejor de nosotros (también en mi caso). Pero me gustaría que de cuando en cuando, en público, también como parte importante de nosotros mismos, nos echáramos unas risas, compartiéramos unas risas.

Y hoy, para tender un puente, no voy a despotricar contra esos energúmenos que se empeñan diariamente en jodernos el día. Me recuerdan esos mensajes en cerámica que hay en algunos baretes y que atraen mi atención en cuanto los veo: “Hoy hace un día espléndido. A que viene un gilipollas y lo jode”. Así de simple, así de rotundo.

Que quede entre nosotros

4 comentarios:

José Aguilar dijo...

Certero como siempre, querido hermano. Tenemos que celebrar la alegría como una suerte. Y ya sabes,compartida, para que crezca y se incremente.

(Este espacio, acaba de descubrirme una vía ignorada hasta ahora, para mantener viva nuestra alegría, la de sabernos).

Que se entere todo el mundo.

Me alegro, me felicito de que estés.

nadie dijo...

Así de simple, así de rotundo... y así de cierto.
Ayer tenía un día de p... madre y efectivamente tuvo que venir el gilipollas de turno a jodermelo.
Pues no me dá la gana!!

Anónimo dijo...

La amistad significa poder compartir con los demás ambas: alegrías y penas.
A mí me cuesta poco compartir las alegrías , me salen por los poros. Las penas... soy pudorosa con mis penas, las callo mucho y las cuento poco. Todavía no sé por qué, estoy trabajando en ello.
Sé feliz y .. compártelo please!
Besos

Anónimo dijo...

Al leerte siento siempre muchas emociones, y es por eso que hoy te dedico mi sonrisa. Sería incapaz de mentirte, o decirte que te la dedico si no fuera que en este mismo instante, sonrío para ti.


Besos.