martes, 23 de agosto de 2016

APRENDIENDO

Lo bueno que tiene aprender, es que se adquiere más conocimiento, más fortaleza; aunque ésta mane de fuentes que el tiempo transformó en insalubres. Se aprende.

Trato de enderezarme cada instante y, aunque se hace difícil, me empeño en ello. Soy un estudiante que quiere sacar su asignatura de fin de curso.

Ella lo dijo casi con desparpajo, y sin embargo no me hizo más daño que el que yo me estaba haciendo día a día, intentando evolucionar en el vacío.

Ya no la quería, y sin embargo no se lo dije. Me hizo un gran favor.

No necesito hacer preguntas, tengo montañas de respuestas. Me las fue dando día a día. Creí que nuestros besos, nuestros abrazos y nuestro sexo, romperían esa barrera que estaba en ella y me fue invadiendo a mí.

Es terrible porque una discusión, una pelea, se solventan. La intención de no pronunciar el verbo amar, es una enfermedad incurable y se transmite. Había veces que el interior gritaba más fuerte que mi voluntad, y lo decía, se lo decía; pero aprendí a no hacerlo.

Y así, los meses que deberían habernos servido para crecer, nos menguaron, nos hicieron nada.

Y hoy, desde hace días, trato de recomponer el rompecabezas de mi vida, empeñándome en que esa pieza que falta, es reemplazable. Lo que no sé es cómo, por eso digo que estoy APRENDIENDO.

Que quede entre nosotros.

No hay comentarios: