lunes, 15 de septiembre de 2014

DOLOR

Mi querida Elisa, mi amiga del alma. La persona más buena, más educada, más noble, más cálida y más tierna; se ha marchado.

El dolor que siento, la sensación de vacío que me invade, este pozo oscuro de incertidumbres ciertas. ¡Qué dolor!

El teléfono sonó a primera hora para darme la terrible noticia. Ya era media tarde en donde ella habitaba.

A quince días exactos de su cumpleaños, para quitarme ese placer indescriptible de llamarla, escuchar su voz y cantarle el cumpleaños feliz.

Donde quiera que estés, amiga, seguirás siendo tan guapa, tan grande, como lo has sido en este lugar de tránsito. Y siempre vivirás en mi corazón.

No puedo decir nada más ahora.

Que quede entre nosotros

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