jueves, 3 de marzo de 2011

Ya estás entre los hados...

Como hablamos en alguna ocasión, mi querido Dani, hoy nos hemos reunido Toni, Andrés, Pedro y yo a medio camino entre su ciudad y la nuestra, para elevarte a ese espacio que sólo corresponde a los héroes como tú. Elegir la ciudad de los rascacielos también tiene su encanto.

¡Y vaya si lo hemos hecho! ¡Y cómo lo hemos hecho! Has estado en cada bocado, en cada brindis, en cada risa... Has sido el protagonista como otras muchas veces en vida.

Desde las 10 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde sin parar. Siempre recordándote, siempre evocándote, siempre queriéndote.

Hemos cumplido con nuestro deber. Ahora estarás aún más feliz y más pleno, estoy seguro de ello.

No sé si podré probar bocado en días. Eso debe darte prueba de lo animales que hemos sido... Tres botellas de vino para almorzar, varias cañas  para el tapeo y mucha más cerveza y más vino para comer, y carajillos y chupitos para el final. Y como nos gustaba a todos, por cuatro perras. La hostia mi querido Dani, la hostia.

Que quede entre nosotros

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