jueves, 10 de febrero de 2011

Amor se escribe con "A"

Todo cuanto sucede en mi vida en los últimos tiempos está teñido de un color especial, indescriptible. Las navidades me regalaron una hermosa y profunda (aunque brevísima), relación con I.

No me gustan los problemas. Huyo de ellos. Cuando empezaron a mostrarse los primeros síntomas me fui yendo despacito... Los contactos dejaron su espacio a los escritos, las llamadas y los mensajes. Poco a poco pero con la firme voluntad de no permanecer. Es una postura antialgica.

Mi espíritu precisa de la risa, de la relación franca y abierta. No acepto el compromiso y no acepto cargar con problemas ajenos porque ni siquiera me permito a mí mismo plantearme problemas personales.

Mientras, G se manifiesta como un volcán en erupción que transmite con toda su intensidad comunes necesidades y apetencias. Pasamos jornadas maratonianas disfrutando de unas relaciones íntimas tan indescriptibles como el color que tiñe mis actuales días.

En ocasiones pienso en mi vida en Madrid. Es idéntico salvando la distancia que marca el tiempo. No hago daño a nadie y nadie puede lastimarme. Ya no.

Y como surgiendo de la neblina tras una navegación a ciegas, aparece A. Y todo cuanto sucede en mi vida le interesa, le apasiona, le atrae. Y gozo haciéndola partícipe de cosas a las que nadie antes había accedido. Nadie.

Hace apenas una hora que se marchó a su casa tras haber compartido una exquisita cena y un montón de confidencias en un clima inigualable de complicidad y atracción.

Y me siento bien estando con I con G y con A. ¡Por Belcebú que me siento bien!

Feliz y aferrado a mi timón, conduciendo mi goleta por las rutas que me hacen sentir pleno y feliz. Me siento más joven, mucho más joven. Y es que teniendo tanta vida compartida con la letra A, ésta aparece de nuevo con una sonrisa que me colma y una energía que me revitaliza. Por eso sé que Amor se escribe con A.

Que quede entre nosotros

No hay comentarios: