sábado, 4 de diciembre de 2010

Carta de amor para la ausencia

Octubre de 2010

Mi querida ....
Esta es una carta sin futuro porque nunca llegará a tus manos, no la leerán tus ojos y no podrá interpretarla tu corazón.
Es una carta que necesito escribir porque debo confesarme autor de este silencio que reina entre nosotros; éste que he provocado yo. Una imagen de mí que he enterrado y de la que espero poder perdonarme algún día. Un ser abyecto, ruin, vergonzante, cruel, tosco; alguien que nunca antes fui.
Es una carta que renueva mi ternura, mi corazón cálido y amable; mis credenciales en suma, de toda mi vida.
¡Qué no daría porque nada de esto hubiera pasado! Pero para mi vergüenza sí, ha sucedido y siento en lo más profundo de mi alma sus consecuencias.
Busqué a quien dirigir mis afectos y resultó estéril. ¿A quién podría llamar "cielo", "vida mía", "amor"? Sin darme cuenta de que esas palabras, las frases que las sostenían, estaban acuñadas en mi alma junto a tu nombre.
Y hoy sé para mi dolor que esa rabia, ese desamparo; me transformaron en una persona vil y despiadada.
Una noche desperté de repente, lleno de angustia y de zozobra y me di cuenta de lo que había hecho.
Este octubre otoñal me ha dado la paz. Ha devuelto la paz a mi alma y a mi corazón. Una paz que para mi desgracia no podré transmitirte.
No tengo nada que buscar, nada que encontrar. Sólo a mí. Y ese despertar, esa madrugada de este otoñal octubre que tanto me recuerda ti, a nuestras charlas, a nuestra complicidad y nuestras risas; fue quien puso calma en mi corazón, en mi mirada, en lo más profundo de mi alma.
Fue hermoso. Lo más hermoso que me ha pasado en toda la vida. Y lo ajé, lo mancillé, lo destruí.
¡Cómo esperar ahora tu perdón! ¡Cómo si ni siquiera te enviaré esta carta!
Lo que sé es que ahora, desde esta atalaya en que soy de nuevo yo, íntegro, moral, humano, tierno; me gustaría que nada de lo que hice hubiera pasado y seguir compartiendo contigo esas experiencias que estás viviendo, ese sentir que una vida se mueve en tu interior; y me sorprendo cantando la canción de Serrat... "... Si la viese usted, mirándose feliz al espejo, palpándose el perfil y trenzando mil nombres en dos sexos".
Y lloro por lo que nunca podrá ser, por lo que yo y mi obstinación condenamos al olvido.
Lo que sí puedo hacer es abrir de nuevo todas mis ventanas, todas mis puertas. Abriré de nuevo mi blog y soñaré que algún día me redescubras y una sonrisa se dibuje en tus labios. Enterraré toda mi basura blasfema. Y te diré, aunque no lo leas nunca (como estas pobres palabras); que tienes derecho, todo el derecho a ser feliz.
Desde lo más profundo de mi alma te pido perdón. Igual los hados (mis hados), son capaces de llevar a tus oídos la esencia de esta carta llena de esperanza, de ternura, de cariño... Ojalá fuera posible.
Siempre estarás en mi corazón y lloro porque si yo lo estoy en el tuyo quizás sea de un modo atroz al que me he hecho merecedor.
Con toda mi alma.


Que quede entre nosotros

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Goede informatie, Best post nuttig, Bedankt voor het aandeel this.I terug zullen komen om meer te lezen.

Mephistófeles dijo...

Gracias por tu comentario "Anónimo", que traduzco para que quien no conozca tu idioma y sí el mío, en el que está escrito este cuaderno de bitácora, entienda qué has querido decir: "Buena información, mejor mensaje de ayuda, Gracias por esta acción. Volveré a leer más".