viernes, 8 de mayo de 2009

Botadura

Mi goleta, tanto tiempo anclada, comienza a desperezarse. Las velas se despliegan ávidas de viento. El casco está inmaculado. Todo está listo para esta nueva travesía en la que iré dejando páginas de navegación que no serán otra cosa que los jirones de mi propia alma en este último viaje.

¡Tantas cosas han cambiado y sin embargo sigo siendo el mismo!

Tengo la misma ilusión, la misma energía, la misma calma y la misma ira... Es decir, nada ha conseguido cambiarme, sino enriquecerme, hacerme más consciente de mí mismo. Ni un ápice de rencor u odio.

La vida diaria da para mucho. Los aconteceres también. Y aquí vendré, a estas amables aguas, a sumergirme en la soledad del navegante.

Regreso esperanzado.

No es una amenaza, pero os lo ruego...

Que quede entre nosotros.

No hay comentarios: