martes, 8 de noviembre de 2005

Nos morimos estadísticamente

De repente, estos politicastros nuestros, emergen con la sabiduría que les otorgan los cargos recién estrenados y nos dicen: "Vosotros, que nos habéis votado, vais a padecer cáncer uno de cada tres". Y de verdad que entra pavor, desconsuelo, macabra incertidumbre.
Uno se reúne con amigos y piensa: "¿Quién de nosotros está en la estadística?"
Pero estos políticos milagreros y de poquísimos escrúpulos, no nos dicen nunca por qué. Si son los vertidos incontrolados que se realizan desde los 40. El nulo control sanitario a las empresas alimentarias. Los efectos de las pruebas nucleares que nadie sabe si se siguen realizando. Los de las guerras que nadie queremos y ellos nos imponen. Si es el ávido mordisco de su avaricia, de su carrera urgente hacia la riqueza, alimentando animales con productos no permitidos, elaborando piensos con componentes peligrosos; lo que nos provocará esos cánceres ajenos que sufriremos en nuestras carnes.
Antes no eran nadie. Ahora, con los votos que les dimos, se erigen en nuestros guardianes y nos dicen qué, cómo y cuándo, debemos hacer lo que nos ordenan. Se olvidan de los principios que los llevaron a los puestos que ocupan, cómo llegaron hasta allí.
Los que gobiernan -con desdén hacia el pueblo- son permanentemente insultados por quienes ambicionan gobernar, con el mismo desdén.
Y aquí estamos, amigos, esperando si seremos ese número 3 en la lista de los que ingresaremos en hospitales lúgubres y mal atendidos. Dependiendo de nuestras familias más que nunca, porque los servicios hospitalarios no están para esas cosas (¡faltaría más, habiendo huelgas para protestar por lo que sea!).
Y hoy, amigos, no tengo muchas más ganas de desgarrarme porque ya he sufrido en este año, por todos los de mi vida pasada.
Pero os prometo que voy a seguir.
Que quede entre nosotros

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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