miércoles, 26 de septiembre de 2007

REGRESO DE LA CASTIZA IV

Hicimos un viaje de ensueño aunque durante unos 30 ó 35 Km. la lluvia nos quiso aguar la fiesta. Menos mal que unos minutos antes nos habíamos pertrechado a conciencia bajo la marquesina de una gasolinera.

Parada en Honrubia (a mi hijo, de poco comer), le vuelven loco las salchichas de un bar de esa pequeña población de Cuenca en la que he recalado siempre que hacía la ruta hasta la capital.

Al salir del bar: SOL, espléndido, maravilloso... Hasta el lugar de concentración. Allí, recibir los obsequios con que nos esperan los compañeros del MC Madrid, una reconfortante ducha y a saludar a los compis de otros años. Vuelta a las monturas y a cenar.

La mañana del sábado nos respetó pese a que en la ruta de los puertos hubo momentos en los que temíamos lo peor (el cielo se volvía amenazante por momentos). Curvitas y disfrute. Foto ante el Acueducto y marcha hasta el lugar de la comida... Uf... Yo que soy de buen yantar no me pude resistir a esos judiones de la granja a que hacía referencia velada mi querida Nekane. ¡¡¡Tres platos!!! Más la obligada caldereta. En fin, que el regreso a Madrid fue de ahorro de combustible total.

El resto de la tarde, para mayor disfrute, vinieron mi hija y su compañero para pasarla con nosotros. ¡Qué lujazo!

Y llegó el final, la mañana del domingo. El desfile por las calles de Madrid hasta la plaza Mayor y el regreso accidentado a casa... Faltaban unos cien metros para el kilómetro 99 cuando mi mega dijo ¡basta! y allí nos dejó. Llamada al seguro, la grúa, el depósito, el taxi... Y llegada a casa de diferente modo al que habíamos salido.

Así ha sido nuestra cuarta Castiza. Poco más o menos.

Que quede entre nosotros

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