Más o menos... La luz, las palmeras, las nubes. Todo inmóvil, capturado por el ojo silencioso y obrero de mi cámara. Recuerdos de un viaje que pretende olvidarse. Algo que quedará después de mí, cuando ya me haya ido. Espero.
Todo inerte y sin embargo vivo, penetrando en las entrañas, arañando vísceras...
La luz. Ésa que penetra a través de las palmas, a través de las nubes... Como el conocimiento penetra a través del tiempo, del descubrir, del darse cuenta.
Las nubes. Ésas que transcurren rápidas, empujadas por un viento que apenas perciben ellas, y las ramas, y mi cara. Ocultando y descubriendo. Desapareciendo. Como los intentos, como la verdad, como las decisiones, como la propia vida.
Así, inmóvil y removiéndose en lo más profundo. Capturado por el ojo laborioso y silente de mi cámara y de mi alma.
3 comentarios:
Cuesta aceptar, incluso resignadamente, lo que ese transito lento de luz, de conocimiento, deja al descubierto.
Decepcionante tantas veces, incomprensible otras tantas.
Se refleja algo que desconocemos, puesto que el objeto, la imagen a reflejar era otra, distinta.
Y debemos dejarnos mecer, cansados como la palmera tras el paso del huracán, algunas hojas han quedado dañadas para siempre, secas, lastimadas, medio arrancadas, heridas, tememos por ellas, por nosotros ¿esos daños serán huella imborrable mientras vivamos? ¿crecerán nuevas hojas con más puntas, más lentas, más guarecidas o volveremos a ofrecernos al más mínimo rayo de sol en toda nuestra plenitud, desbordados?
Hay muchas preguntas de las que yo desconozco las respuestas. Y no hay hoja de soluciones para hacer trampa, como en los crucigramas...
Un acogedor abrazo.
Que quede entre nosotros.
Más allá de mi entendimiento.
Un abrazo,
MUY BONITO!
Besos
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