lunes, 19 de diciembre de 2005

Pereza


Hoy siento una pereza monstruosa. No tengo ganas de hacer nada. Sólo haré lo justo y me parece un exceso. Y me voy a sentar a leer frente a la estufa, en este silencio gratificante. Hasta la hora de calentarme la comida (ventajas de haber estado cocinando todo el fin de semana). Quizás porque la semana que ha pasado ha sido especialmente intensa... Compras, subidas y bajadas, visita de mi buen Andrés... Cocinar, comer, beber... Y hoy viene la calma. De repente estoy solo, como casi todos los días, aunque hoy lo sienta más. Como decía Larralde: "sonseras, cosas que pasan..."
Mis perros ladran y me recuerdan el uso de condicionales... Si no estuvieran ellos cogería el coche y me iría a cualquier parte, sin prisas... No digo el scooter, porque está lloviendo para llevar la contraria a los meteorólogos que nos anuncian el tiempo en la TV. ¡Dios qué oficio más ingrato, siempre moviéndoseles las nubes! No aciertan ni en agosto. También hoy sería transgresor. Uf, el calor de los cuerpos... El olor a sexo... La lluvia en las ventanas. En fin, condicionales.
O puede que comience a felicitar las navidades. O no.
Así es que, esta página, este cuaderno, también se va a ver afectado por mi estado. Ingravidez.
¿Dije ingravidez o pereza?
Que quede entre nosotros

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Keep up the good work. thnx!
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