De no respetar que no pensamos igual que los demás.
De no aceptar que los demás se manifiesten en contra de lo que sentimos.
De criticar, denostar, hablar a las espaldas; de quien una vez dijimos estar enamorados.
De no darnos cuenta de que hablamos con los labios y el corazón queda callado, oculto por sombras de un revanchismo tan injusto como innecesario.
Pero no hacerlo a la cara, frente a frente, o en un papel; resolviendo lo que no fue más que de dos, entre dos; es una locura, una artera, sucia y desmedida locura.
Que quede entre nosotros
De no aceptar que los demás se manifiesten en contra de lo que sentimos.
De criticar, denostar, hablar a las espaldas; de quien una vez dijimos estar enamorados.
De no darnos cuenta de que hablamos con los labios y el corazón queda callado, oculto por sombras de un revanchismo tan injusto como innecesario.
Pero no hacerlo a la cara, frente a frente, o en un papel; resolviendo lo que no fue más que de dos, entre dos; es una locura, una artera, sucia y desmedida locura.
Que quede entre nosotros